sábado, 31 de julio de 2010

Carta

El progreso es entendido, aquí y ahora, como un avance, mas es en verdad arrasar contra la naturaleza, yo no estoy en contra del progreso, pero si cuando se destruye a la naturaleza, prefiero no estar escribiendo esto y tener al lado de mi casa un bosque.
Por eso mismo, yo digo de destruir la industria, no para que se pueda alienar más a la gente, para que no tengan trabajo y no puedan vivir, al contrario, es para vivir más.
Siempre he visto con buen aire a los Kibutz, aquel que me diga que no se pudo progresar con éste, sepa que no se pudo no por su estructura, sino porque prefirió avanzar (bien entendido) y no correr hacia adelante, como hace el mundo de la ciencia.
Es el ser humano gran destructor del mundo, dominador de este, piensa que es por su grandeza que puede asesinarse y asesinar sin ton ni son otros seres vivientes, sintientes, sufrientes.
No pretendo que prendamos fuego con dos ramitas, pretendería que veamos por la ventana y veamos cuántos millones de litros de agua se usaron para hacer los edificios, cuántas toneladas de carbono se produjo con las edificaciones, con aquel camión, aquel auto, todo hablan de disminuir la huela de carbono, yo digo de destruirla.
Y justamente, sin capitalistas que alienen nuestro trabajo natural es como vamos a ir hacia la justicia posta, un sistema de justicia, no sabría decir con exactitud si es comunismo, anarquía, mas, se ve, que no capitalista. La vida natural, el trabajo natural, el trabajo que le fue encomendado al mismísimo Adán, el trabajo con el cual comenzó la civilización, el establecimiento sedentario, en palabras burdas, la siembra y el trabajo de la tierra, no el aprovechamiento del trabajo ajeno, sino el aprovechamiento de nuestro trabajo, para nuestro beneficio, nuestra familia, nuestra libre asociación, y el comercio sin moneda, es eso, en verdad, el "libre mercado" que apoyo.
Cierto es que aquello que ahora tenemos no lo teníamos antes, pero hay millones de cosas que se le puede ocurrir al humano, pero sólo 1 mundo, fíjense que no nos alcanza con contaminar nuestro planeta, sino que ya tenemos basura espacial, sabiendo que por cada nave espacial se van millones de escuelas y las vidas de miles de negritos africanos.
Y no hablemos de "recursos naturales", hablemos de "componentes naturales", decir "recursos" nos da la idea de que podemos aprovecharnos de él, nos da la idea de decir "dominemos el mundo, total, tenemos recursos a los cuales recurrir", decir "componentes de la naturaleza" es decir "es de la naturaleza, no nuestro".
Y quisiera hacer otra pregunta además, ¿De quién es lo nuestro?, Nada es nuestro, todo se lo quetamos a nuestro planeta, ¿Quién le dió derecho al propietario de su tierra esa tierra?, el papel que lees era de un árbol, el árbol era de un señor F, el señor F fue dotado de esa tierra de otra persona, pero la primera persona, ¿A quién se la sacó? sin dudas, a la naturaleza en sí.
No sé si conocerán el programa "de la táctica a la práctica", en donde se exponen avances militares puestos en la vida cotidiana y viceversa, ¿Es acaso nuestro bienestar el malestar de otros? ¿La internet que usamos sirve y va a servir para seguir matando gente? ¡Hasta dónde van a llegar tus andanzas, Zippo!
Cuando me decían sobre el socialismo: "ese sistema no sirve, no funcionó en ningún lado", me imaginaba a los revolucionarios franceses, a los primeros demócratas, incluso a los liberales, qué les habrán dicho, pero como la televisión (nuestra santa y querida) nos dice "está mal" (que me hace acordar a los curas) es eso mismo, está mal, no hay ninguna conciencia propia.
Leí de alguien que no me acuerdo "a la ingominia hay que agregarle la conciencia de la ingominia", y Feinmann (el filósofo) aclara (palabras más, palabras menos) "es decir, el hambre existió siempre, pero cuando la gente es conciente que tiene hambre les salta la ficha", hablando sobre la revolución francesa, y es que ahora "hay" una conciencia de la ingominia, sería una "estupidez" no ser consciente que hay hambre, pero, al ser un caballo, que tiene los ojos tapados, no hacemos nada, fuimos encomendados a hacer una tarea y esa sola tarea, con la esperanza de, algún día, rascarnos las bolas viendo a los otros trabajar, ¡Eso no lo quisiste vos, Diosito, o no quiero creer eso!