viernes, 26 de agosto de 2011

Qué es la política hoy.

¿Qué es la política? Creo, ante todo, que para responder tal pregunta uno debe ver primeramente cuestiones cotidianas a la cual se suele nombrar a la política, y, si se puede, buscar un sinónimo, y ver si es verdadera la forma con la cual se nombra.
La política suele ser cosa alejada del plano común, no somos nosotros los que hacemos política, dicen algunos, son los políticos los que la practican, ejerciendo poder en la sociedad. Me parece, ante todo, que es una mirada ingenua, no porque las personas sean ingenuas, sino porque conviene que la sociedad vea a la política como cosa alejada. En principio, ¿"ellos", los "ellos" como lo son en el Eternauta, son los que ejercen "el poder" sobre la sociedad para su beneficio? De entrada podríamos agarrar la máquina del tiempo a una época recordada por todos los argentinos y argentinas, 2001: si "ellos" fueron los que, supongamos, nos llevaron a esa situación, ¿cómo hicimos para romper ese gran muro que nos separa de los "ellos" para llegar a punto tal de sacar, al menos, una parte? Si "ellos" tienen "el" poder, ¿entonces para qué sirven los paros? Si "el" poder no se sustenta por sí mismo, si se necesita un oprimido ¿entonces "ellos" tienen "el" poder? Por estas cuestiones sostengo que es una mirada ingenua, porque el poder popular también es político y porque la política se sostiene en el pópuli. Podríamos decir que son formas de revelarse contra el poder de la política, que es usada como herramienta para el sometimiento (y como tal, violenta) del pópuli, en tal caso, para que haya un amo debe haber un esclavo, el amo como amo vive del esclavo, y el esclavo como esclavo vive del amo; por esta cuestión cabe diferenciar condición (y condicionamiento) de ser, siendo el primero una cuestión derivada del tiempo y el espacio, y la segunda es eterna y absoluta. Por lo tanto, si para mantener la condición de político el pópuli tiene que mantener su condición de sometido, entonces es tan culpable uno como el otro de la situación global, ya que uno no libera y otro no se libera, y sin dudas el que se lleva el peor reproche es el pópuli, ya que el político siempre querrá mantener su condición, pero no así el pópuli. Por lo cual es el sometido el fundamento por el cual el sometedor tiene poder, puede el sometedor decidir (hacer política, dicho de una vez por todas) pero, como lo demostrado en el 2001 y en las revueltas árabes presentes, la revolución francesa podríamos decir también, es el pueblo quien autoriza o no su sometimiento, fundamentando la política; de otro modo, el gobernante quedaría solo gritando que lo tienen que obedecer y los obedientes no hacen nada, entonces el gobernante no decide, no hace política, y deja de ser un gobernante. Pero igualmente sería un análisis simplista, cosa que es lógica porque recién empiezo, pero a partir de ahora, para la concepción común, se debería enriquecer más.
Otro fundamento que se le puede poner al gobierno y sus políticas es la cultura del pópuli, un pueblo más obediente o más revolucionario, como los pueblos más orientales (perdón por la generalización pero no estoy bien informado) y otros más occidentales (idem) respectivamente, como así también factores religiosos. Por lo que, respecto a la cultura, la política podría ejercer su poder, nuevamente, en las mayorías, lo que reforzaría que en las mayorías no hay política, sino que sería un ser pasivo que es dominado por un poder superior, inaccesible que lo acosa y lo pervierte, o eso se podría decir. Esto hoy lo vemos en las distintas formas de dominación y, por lo tanto, de política y, mientras separados "nada podemos hacer". Y eso es verdad, nada puedo uno hacer, ya que si un cambio no es seguido por todos queda uno gritando como un loco sin nadie que le preste atención, y quizás sea cierto aquello que se dice de que "no hay esperanza", pero verdaderamente no hay esperanza en tanto y en cuanto no haya un lider que, curiosamente, haga las veces de político, y no tenía como objetivo hacer propaganda revolucionaria sino un simple y modesto estudio hecho por un amateur. Imaginemos la revolución cubana sin Fidel, Cienfuegos, Guevara, a la rusa sin Lenin, a la francesa sin Robbespiere, verdaderamente no existe una revolución, un cambio radical sin un lider que condense, convenza y guie un cambio de, si queremos, esta política de "ellos"; pero estos líderes, estos Robbespiere, Cienfuegos, Lenin, son también políticos, ya que, de forma violenta o de convencimiento (por el poder de la fuerza o el poder del corazón) domina al pueblo y les hace entender que a él o ella lo tienen que seguir para estar mejor, pero no deja de ser uno de "ellos" si hace eso. Por lo cual, esta forma de dominación cultural tiene como fin dar a entender que ningún cambio es posible no sólo porque se da a entender al sistema que se defiende como el único posible, sino que, si vemos más allá, "es todo lo mismo", ya que los políticos, que tienen el poder, son todos corruptos, entonces no nos queda más que resignarnos y permanecer en un "nada sirve" por ende "nada hago", pero sí hacés, dejando que el otro te domine. Que puede ser que nada sirva de lo que uno haga, porque se requiere un líder que sea acompañado por un pueblo, sólo así el cambio es posible y, digamos, que dejen de tomar "ellos" las decisiones, pero... ¿verdaderamente querría la gente ser políticos y tomar sus propias decisiones? El temor al cambio debe ser uno de los temores más temidos, uno está bien así y no hay necesariamente nada más que cambiar, medianamente se vive bien, y si no uno se acostumbra. Esta es una forma más de hacer política desde el ámbito cultural, y es realmente difícil "solucionarlo" (si se quiere solucionar, claro).
Por último querría hacer notar algo que, como lo plantearé, da una fácil lectura al punto que, personalmente, más me gusta para contradecir la idea común de "la política la hacen ellos". Tan simple como leer "política de la empresa". De entrada vemos a la empresa, organismo privado, económico, diciendo que hace "política". No es difícil darse cuenta de distintas cuestiones, como la privatización de empresas públicas en los '90 o la compra de papel prensa en la dictadura cívico militar última que tuvimos, entre otros tantísimos ejemplos. La economía es una de las partes más políticas de la sociedad, ella relaciona el poder de la ley, el poder del gobierno, la capacidad de sustento de la sociedad, el rumbo de la sociedad y su bien o malestar. Cuando el poder económico fija los precios de las armas en épocas de guerra y el país se endeuda, es porque "los políticos", "ellos" son los que lo hicieron, cuando en verdad es el poder económico quien lo idea y los "políticos" son quienes hacen el trabajo sucio. Cuando se desabastecieron ciudades en el 2008 o 2009 por parte de la patronal cívico-rural, cuando se suben los precios a diestra y siniestra o se maneja la información de manera de causar un efecto en la sociedad también se hace política, y política más política que el gobierno, ya que, además de ni elegirse ni cuestionarse el poder , económico, este hace básicamente lo que quiere en la sociedad. Forma opinión, genera cultura, financia guerras, construcción de escuelas, instrumentación, entre otros, al menos, en el mundo que vivimos. Por lo tanto, ¿Quién es más político, quién decide más, quién tiene más poder? ¿Magnetto, Biolcatti, Fernández?
Por este último punto se puede aseverar sin miedo a error (aunque puede ser perfectamente cuestionable, obviamente, pero me parece que es así) que la política, al menos hoy en día, es la forma de manejar el poder (económico, militar, cultural) para decidir sobre la sociedad. Si bien el fundamento del poder económico, militar y cultural (es decir, el fundamento de la política) es la sociedad misma, ésta se encuentra sometido a aquella, y dejandose someter hace ella misma política. Pero para simplificar pongamos que quien decide sobre la sociedad es el rector y quien es sometido por la decisión es el regido.
Obviamente, como toda cuestión concerniente a la sociedad, esto es relativo al tiempo y lugar determinados; por ejemplo, el poder militar también se encuentra atravesado por la cultura y puede no estar afín al ser político. Pero a grandes rasgos es así, no jodas.
Otra pregunta, cuya respuesta doy a entender mechada, es cuál es el fundamento del poder, para decirlo concretamente el fundamento es la sociedad, y esta es regida (controlada) por la cultura, el poder de la fuerza (militar, de la ley, de la que hablé anteriormente) y la economía.

Ahora la parte más linda, la parte en la que todos decimos la verdad según muchos; puede ser que todos tengamos la razón cuando imaginamos, pero lo verdaderamente verdadero se da en la justificación, razón por la cual uno puede criticar la fundamentación pero no un punto de vista. La cuestión es cómo debiera ser.
Primero que nada, la concepción de política no es ni buena ni mala, tan solo está y es sí misma, puede ser justa o injusta, copada o una mierda, pero ni buena ni mala. Además para que la concepción sea copada es porque el ambiente, la práctica por la cual se define la concepción, tiene que ser tal o cual. Por lo que me parece que la concepción debiera ser una cercana a la que, según conozco, es cercana a la clásica.
La concepción es el niño que sale de la panza de la madre, de la misma manera, la concepción de la realidad es el niño, la "luz" que sale de la madre, la realidad. Esta concepción es necesariamente la esencia de la realidad, pero no esta, ya que no es lo mismo agua, sal y agua de mar.
Si la esencia de la realidad es la política, entonces creo que esta debe ser justicia. Justo tomado como algo que no es ni más ni menos que lo justo.
Normalmente se dice la frase "justo y necesario", y creo que están íntimamente relacionadas. Aquello justo es que no tiene ni más ni menos que lo estipulado, por ejemplo, uno hace justicia cuando está acorde a la ley, ni más ni menos de lo que estipula la ley; si voy a comer guiso tengo que comer lo justo para mi dieta, si tengo que adelgazar voy a comer poco y si tengo que engordar voy a comer mucho, tan simple como eso es lo justo. Lo necesario es, volviendo al caso de la comida, lo que necesito, aquello con lo cual estoy bien. Estar bien significa sentirse bien y estar sano. Por lo cual, justo es todo aquello que no es ni más ni menos de lo que hace sentir bien y estar sano.
Una persona justa, por lo tanto y nuevamente, hace todo aquello que no es ni más ni menos de lo que le hace sentir bien y estar sano; una sociedad justa conforma la justicia, esto es, la sociedad hace sólo aquello que le hace sentir bien y estar sana en su (digamoslo) justa medida.
Tan régimen sería, entonces, en esencia justicia, un régimen que brinda a la sociedad medios para llegar a la felicidad, que es su satisfacción terrenal en su justa medida.
Cabe destacar que una de las formas mejores de hacer, para el régimen, no es haciendo, sino dejando de hacer. Esto es, mientras el poder haga por medio de la sociedad, la sociedad no podrá ser libre, aunque ésta deba ser controlada para alcanzar su felicidad, debe dejar que se desarrolle evitando los excesos y los defectos, pero nunca prohibiendo sino regulando. Podríamos verlo como un campo en el cual se quiere hacer crecer vides, pero la tierra no es apta; el régimen no debiera tratar de hacer crecer vides en ese terreno, ya que no crecería, en sentido práctico, esto sería imponer una regulación; de otra manera, quizás más tardíamente pero mejor, nacerían los árboles que deban crecer, y la política debiera dejar crecer las cosas, brindar un espacio diferente a las distintas plantaciones para que puedan desarrollarse mejor, esto sería dejar nacer sin oponerse, pero igualmente los árboles deben tener tutores, poner murallas para las hormigas, etc. En el plano mundano se puede estimar como el dejar crecer a distintos proyectos que sucedan en la realidad y no eliminar ninguno, sólo regular en el caso de que no haya una vista al bienestar general en su justa medida. Más específicamente, dejar que se produzcan en terreno de artes, economía, política, etc., pero cuando uno se hace muy grande, dar al otro sector más posibilidad de poder, ya que, si se quiere, esa es la posta, la igualdad de posibilidades, de poder, de poder hacer algo, de poder decidir, de poder hacer política. Así, brindando igualdad de poder, las cosas que deban ser grandes serán grandes, y aquellas que no, no lo serán, pero nunca podrá decirse que no pudieron serlas, ya que lo que naturalmente tuvo que ser grande lo fue, y lo que no no. Puede ser, entonces, que un grupo muy grande quiera hacer desaparecer a otro, pero el estado debe corregir eso, no por el achicamiento del grande, ya que grande es de por sí, sino por la no desaparición del otro, y ni siquiera en pos del agrandamiento del pequeño. Queda entonces responder si aquel grupo pudiera ser tan grande que derribara el estado, como normalmente se hace, quedaría, entonces, estipular que el estado no requiera del poder de la sociedad sino que actúe directamente en ella, ya que si es estado depende de la sociedad esta puede derribarlo, y la idea es que el estado sea completamente justo y, si se derriba, dejaría de serlo. Entonces quedan algunas opciones, o dejar las cosas en un estado anárquico o semi anárquico, una aristocracia, una espiritualocracia (?). Si se confiara el poder a un regente espiritual daría la buena vista de que no necesite más de lo necesario para vivir, tenga buena llegada a la gente y pueda brindar justicia a la sociedad; los segundos necesitan más para vivir, no tienen por qué tener buena llegada al pópuli y la justicia sería a favor de ellos mismos; los estados anárquicos, si bien son los más ideales ya que la sociedad no requiere de un guía para alcanzar a la justicia, pero son muy ideales, incluso más de lo que propongo. Sería entonces la mejor opción que el líder sea un líder espiritual, no nombrado por Dios ni por jerarquía, sino por, incluso, mutuo consenso, y al que se le podrá someter constantemente a prueba. También es importante que el pueblo discuta desiciones del líder y se hagan en conjunto planteos más serios, que serán en el ámbito de la vida pública; como viendo que las grandes conglomeraciones hacen distar del gobierno al pueblo, sería importante que sean más pequeñas las gobernaciones y el gobernador sea un habitante más que haga a las veces de rector.
Quedaría entonces sentado el régimen ideal para mí: un medianamente pequeño territorio regido por in líder espiritual surgido del pueblo, que sea cometido cuantas veces sea necesario a prueba y que sus desiciones sean disutidas en la plaza pública y las propuestas nazcan de la misma también; será también importante que el líder presente dichas propuestas a la plaza pública y no se niegue voz ni se favorezca el maltrato. El régimen tiene como fin la felicidad de la sociedad, que está dada por un régimen justo, esto es, que no tenga ni más ni menos de lo necesario para vivir sano y bien. También será importante que no se inhiba ningún proyecto ni se eliminen, sino que se fomenten en cualquier área siempre y cuando los otros proyectos del mismo área no sean inhibidos ni eliminados. Para esto el líder deberá tener el poder de movilización de la sociedad, que brindará cada miembro su adhesión cumplida la mayoría de edad.
Creo que esto es todo por hoy.

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