sábado, 1 de octubre de 2011

¿Qué es libertad? y otras yerbas.

Muchas veces vemos que la gente quiere libertad, incluso hay una épica frase sanmartinezca que reza "seamos libres, lo demás no importa nada".
Como otras veces, acudamos al habla popular a ver qué nos recomienda.
Cuando uno no puede hacer lo que uno quiere, dentro de lo límites de "los otros", uno no es libre: cuando uno no puede expresarse, cuando uno no puede estudiar lo que uno le gusta, cuando uno no puede comer lo que a uno le gusta, no es libre. Básicamente es, por ahora, no poder materializar una necesidad artificial. Artificial ya que qué comer, allende necesidades individuales de celiaquía, diabetes, es meramente artificial: mientras uno tenga nutrientes necesarios para vivir uno puede ser libre o no, pero para ser libre o no uno tiene que vivir; expresarse requiere del uso del lenguaje, que también es artificial, en un estado natural los humanos no requieren expresarse libremente, tan sólo lo necesario para vivir; finalmente, qué estudiar es una artificialidad ya que en un estado natural uno no requiere estudiar, y a lo sumo uno "debe" estudiar el terreno en que va a cultivar, o un determinado lugar a ver si hay buena caza, etc.
Ser libre requiere existir, como ya dijimos, y como decían los griegos, pareciera que la libertad está de la mano con el "buen vivir". Vivir bien es que tenga sentido nuestra existencia, ¿quién quisiera vivir en una casa donde no se sienta uno bien?, ¿por qué vivir si uno se siente mal? Pareciera ser que la libertad nos llena de gozo la vida, y por eso mismo hay que conseguirla, para poder seguir viviendo, ¿no es acaso maravilloso que uno haga cosas para vivir bien? ¿que uno obtenga para poder sentir que la vida tiene sentido? No.
Porque vivimos en una sociedad y "you can't always get what you want" (no puedes siempre tener lo que quieres), hay límites a la libertad, dando lugar a una "libertad civil". Ella está dada por los límites de "los otros". Por lo cual seré el dueño de mil campos y cosecharé todo el tiempo, por más que queden secas las tierras. Uno puede hacer lo que quiere siempre que no dañe a "los otros", y cada uno de los "otros" son tan conscientes como yo de qué me hace daño, pero nadie habla "del otro". "Del otro" como un ente más general que las personas, cada "otro", cada ente independiente de mí, tiene libertad y de alguna u otra manera sabe qué es lo que le daña. Cada persona sabe que si uno cae por un precipicio, caput, se fé, se muere, de la misma manera, golpear salvajemente a un animal le provoca la muerte, o si terminara golpeado, uno no tiene derecho de hacerlo (por más que el perro hable y les diga que quiere morir, no macho, matate vos solo, ¿no?). De la misma manera, uno no puede decidir sobre la tierra que al final va a terminar secando, ya que sería la muerte de ella, y es un homicidio. Distinto es si un ente amenaza con matarme, ahí si, le parto un palo en la cabeza, pero sólo en caso de correr riesgo la existencia es legítimo el homicidio, no cuando está en peligro el vivir bien.
Creo que estamos de acuerdo si decimos que si un derecho inalienable de todo ser es la capacidad de decidir sobre su propia vida, y creo que ahí está la esencia de la libertad. También creo que estamos de acuerdo con que cada ser siguiendo su naturaleza es feliz y vive bien, sin ir más lejos, no se necesita mucho para existir, y si el gozo se consigue consiguiendo cosas que se desean, entonces o habría que satisfacer esa apoderación o disminuir ese deseo.
No habría que llamar "asesino" al comunismo porque bajo su régimen se haya matado tanta gente, como así tampoco al capitalismo, al catolicismo, etc., tan sólo son instrumentos que se utilizan para convocar a la gente, hacer pogo y multitud, y llevarse puestos a quienes no estén de acuerdo. De la misma no confundamos libertad con Liberalismo, menos con liberalismo económico, ni tampoco con el "ser por ser": si en un sistema son libres unos a costa de otros, no hay libertad. De la misma manera que el hombre haga esclavo al hombre y así sea libre, mientras el extranjero, las mujeres sean esclavos de otro, o mientras un regente tenga poder y obediencia sin par de los súbditos, no hay libertad: de la misma manera podría ser gol cuando una pelota está un poquito dentro del arco, no, es gol cuando toda la pelota está dentro del arco. Como la capacidad de decidir sobre su propia vida está ligada a la propia supervivencia, nos encontramos que la semilla de la libertad es el vivir y el poder seguir viviendo, que se nutre del día a día y de la existencia por sobre el campo del no-dominio.
 Esto es, uno puede hacer lo que quiera siempre y cuando no perjudique a otro ente, tanto en vivir y vivir bien, como en no oprimir o ser oprimido.
Ahora bien, de aquí a que uno quiera esta libertad hay un trecho largo, en principio es útil, es practicable, pero hacerlo implicaría llenar de cooperativas agrícolas Argentina y hacer el sueño hippie, además de la insatisfacción popular por no poder hacer lo que uno quiere, no poder ir al parque de la costa, entre otras cosas mercantiles, o fácilmente invadirían otros países. Para llevarlo a cabo hoy en día serían necesarias o una guerra extremadamente sangrienta, o peste, algo que haga replantear el destino común de la humanidad, o esperar a que venga el 2012, ir a otro planeta o esperar a que la demás gente se vaya a otros planetas. Sin dudas el mayor problema para hacer una república anarco-hippie (república anarco, ¡ja!) es la conmoción externa, en menos medida la interna y por último la cultura progresiva.
Me gustaría saber si los antiguas culturas, americanas al menos, tenían sus Roemmers, sus General Motors...  (pregunta retórica), vivían, respiraban, hacían el amor, se ilusionaban con sus parejas, se emocionaban al ver que sus niños aprendían a caminar, lloraban por la muerte de sus seres queridos, se curaban, andaban, iban y venían, festejaban, se comunicaban, hacían música. La vida no sólo existe antes del estado, antes de la ciudad, la vida existe antes del progreso. Y no estar de acuerdo con él no significa ir a comer raíces, significa poner fin a la opresión de hombre contra hombre y la supresión del dominio del hombre por sobre la naturaleza. Creo que sería como lo que Buber llama "yo y tu".
¿Verdaderamente queremos la libertad? Si no, sigue como andamos y no te cuestiones, si sí, puedes seguir o parar, pero quererlo es otra cosa.

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