martes, 12 de mayo de 2009

Sobre caminos y destinos.

Ha pasado un tiempo desde que elejimos, más o menos, un camino para recorrer, y es que ése camino forma parte de un río, si lo podemos pensar así; un río en el que navegamos constantemente, día a día, bajamos en cada puerto y vemos nuevos horizontes.
Hemos decidido que éste trayecto del río lo naveguemos juntos, Empe, Tavo, Marta, La hermana de Marta, la mamá y papá de Marta, todo/a aquel que se quiera sumar, yo. Hemos tomado cada uno su timón y navegado por aguas que sólo conocimos nosotros, y por corrientes que conoceremos después, y estaremos allí, fundando puertos, abandonando gentes, estacionándonos por un tiempo y tomando otros tripulantes, quizá algunos por curiosidad o por convicción, han decidido estar con nosotros hijos y hermanos de tripulantes de otros barcos, que cambiamos constantemente.
Y, ¿Qué límite, entonces, hemos de esperar hasta seguir avanzando? y no hay límites, siempre hay un trayecto nuevo, un mar o lago en el cual perderse y volverse a encontrar, la vida es un relato extenso, tan extenso cómo la mar.
Avisto a un barco enfermo, ya velas no tiene, es hora de abandonar y repararlo, otras manos estarán con ellas y las mías en gratitud, quizá esperando que me ayude cuando enferme, quizá queriendo una recompensa, pero no, lo hago tan sólo por el arte de amar y querer no perderme sin verlos de nuevo.
Entonces, ¿Por qué ayudarlos, si me pueden retrazar? Ayúdolos porque es el momento de parar y conocer, de ver para seguir, de venir para soñar algún otro camino oculto en el medio de alguna selva.
Ya cuando hemoslo arreglado, el rumbo será como el de antes, y seguiremos adelante, no sin haberos esperado, y todo será como antes, e igual que nunca.
Seguimos entre caminos y destinos, una noche no es la oscuridad absoluta, tan sólo para el que la atravieza. Quien muy osado ha de ser, o demasiado valiente o excesivamente estúpido ha de enfrentarla y quebrarla hasta sacar su luz, que volverá a ser oscuridad; quién prudente es y quien sabio es, esperará a ver el día, no sin ella esperándolo, y si la luz no ha de aparecer, grandes antorchas prenderemos, en cada proa iluminaremos los caminos que hemos de andar.
Queda mucho por recorrer, todavía no hemos visto el puerto, pero marineros viejos nos cuentan, y de ellos aprendemos, cada paso dado por ellos, y cada atardecer sufrido.

Y así es como vamos, sobre caminos y destinos, ejemplificado con los ríos que fluyen como la vida mísma, y que es de lo prohibido la manzana de Adán.

4 comentarios:

  1. Claaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

    ResponderEliminar
  2. poetico como siempre. te salio muy bien, cada dia escribis un poco de forma más abstracta, pero tambien de forma más romantica.

    PT:quiro informarles que les estoy escribiendo desde mi pc nueva y que encontre un pantalon que me queda largo(xD).

    ResponderEliminar
  3. largo? :O qué es? una media de sergio?

    por tu pc nueva: vamos a ir ahí para romperla, digo, verla y conocerla :P

    Muchas gracias por tu coment.

    ResponderEliminar